Martes
11 de Septiembre
He decidido que debo comenzar a experimentar
mi quietud. Después de varios años de yoga y haber conocido al único y
cautivante Gurú Sri Chantay, creo que debo comenzar. Según sus indicaciones voy
a explorar mi interior y límites espirituales. Juro que mi excitación es única!
Miércoles
12
Ayer comencé por el primer grado, casi
llegando a tocar el segundo. Tan sólo me puse en posición de loto y viajé a mi
interior. Debo confesar que un porrito y un poco de whisky me ayudaron. Fue
magnífico! Pude visualizar mis vísceras y mi cerebro convulsionado. Lo calmé y lentamente
con desgano volví a la triste realidad.
Jueves
13
Hoy fue apoteótico, llegué al cuarto grado.
Mis piernas casi entumecidas comenzaron a sentir un hormigueo, lo que me
demostraba que habían alcanzado su adormecimiento. Todo iba bien. Mi lengua no
tenía memoria del movimiento. Todo grandioso, hasta que llegó el boludo de mi
marido y me preguntó: “vieja, qué hay para comer?” Juro que lo hubiese enviado
con su reverenda madre, pero como me explicó el gurú, para realizar esta
navegación hacia mi interior debía pasar por humillaciones y embistes a mi
orgullo, por lo que dejé que hablara y sin contestarle, volví lentamente a ser
la mujer corriente que todos conocen. Y, ahí, sí! Lo mandé a la mismísima
MIERDA!!!
Viernes
14
Jamás imaginé lo difícil que es la quietud y
cuántas cosas se anteponen a ella. Una vez conseguido mi quinto, sexto y
séptimo grado quise probar suerte en el exterior. Debo aclarar que no sólo se
trata de grados de profundidad en quietud, sino también el máximo grado en
diversas posiciones yoguísticas, lo que es muchísimo más difícil. Para irme
acostumbrando, y superado el introito con mi querido maridito, fui al jardín de
casa y tomé la postura de “árbol”
Puse un dibujo para recordarlo. Ay!, qué
magnífico!!! No sólo me adentré hasta el
séptimo grado de quietud, sino que también pude sostener esta postura por UNA
HORA!!!! Todo hermoso, pero no fui más allá de la séptima por un mosquito de
porquería que no sólo se hizo un festín con mi cuerpo, sino que además se posó
en mi nariz por un buen rato, como rebuscando dónde debía picar. Primero me
hizo abrir los párpados, luego mis ojos con una bizquera esforzada, lo miraban
mientras disimuladamente lo soplaba desde abajo con mi labio inferior.
Consecuencia: picadura de primer grado en la punta de mi nariz!!!! Mosquito PUTO, Y LA QUE TE RE MIL
PARIÓ!!!!!!!
Sábado
15
Hoy realicé todos los quehaceres domésticos
bien temprano, para poder dedicarme a full el resto del día a mi quietud.
LLEGUÉ AL GRADO DIEZ!!!! Y en la posición Karnapidasana,
una de las más difíciles. Para realizarla me fui al patio, pero esta vez me
puse bastante repelente por todo mi cuerpo y cara, of course! Mujer prevenida,
vale más que… Al principio costó, pero lo logré. Lo único malo, otra vez el
boludo de mi marido, que al verme lo primero que hizo fue darme una flor de
patada en el culo. Todavía me duele. Aunque no sé si la patada o mi ser
interior que se ve afectado con sus estúpidas risotadas. La próxima, lo hago
cuando él no esté.
Domingo
16
Todo el
día con tortícolis, seguro que por la tensión y mala sangre que me hice con mi
maridito y los dos “nenes” de veintiocho y treinta años que tengo. No hicieron
más que joderme cargándome todo el día, ya que su padre no tuvo mejor idea que
contarles lo que estoy haciendo. Fue inútil que les explicara del gurú y mi
anhelado viaje a mi interior y los grados de quietud alcanzados. Todo era
risas. Estúpidos!! Quién me mandó casarme, y para colmo, traer a este malogrado
mundo a esos dos flores de pelotudos!!! DÍA PERDIDO.
Lunes
17
ME ANIMÉ! FUI A LA PLAZA! ALABADO SEA KRISHNA Y
MI GURÚ CHANTAY!!! Al fin, GRADO DIES, y
SEIS HORAS EN POSICIÓN UTKATASANA O POSTURA DEL PODER!!! Me siento tan emocionada!!!!
La gente se paraba para observarme y, yo, nada, no moví ni un musculito. Fue
impresionante. Medité tanto que mi espíritu se desligó de mi cuerpo, llevándome
a mundos lejanos. Qué magnífico! En un momento una señora que estuvo varios
minutos observándome dijo: “hay que estar realmente al pedo, para hacer esto y
perder el tiempo así…” Pero nada, ni me inmuté, me sentía más allá del bien y
del mal. Sólo tuve un pequeño traspié: una paloma de mierda me cagó la
cabeza!!! Pero, seguí. Sólo se me escapó una pequeña lagrimita, porque junto a
la cagada escuché a lo lejos, una ventisca sucia y ordinaria de carcajadas y aplausos…
Pero, ahora que lo pienso, no fue tan malo, ya que me gané algunas monedas que
dejaron dentro de mis zapatillas… Ja! Cuando se entere el infeliz de mi marido
y vea que la esposa es capaz de ganarse unas chirolas haciendo el “ridículo”
según él, vamos a ver si sigue burlándose…!!!!!!!
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