Me hice señorita a los catorce,
Cupido me atrapó al otro día
y a la semana,
mi pureza se esfumó.
Dejé varios novios en el camino,
algunos también me abandonaron.
Mi vulnerabilidad,
la principal enemiga.
Mi amigo más leal
el espejo.
Llegué a reflexionar sobre
las relaciones entre el hombre y la mujer.
Entonces,
decidí cambiar de trabajo
y alejarme de mi jefe y de la ciudad.
A los veinticinco me compré un caballo
mi cóccix sufrió fractura
ante el primer corcovo
al caer de culo en el piso.
Pasé meses y meses
sobre almohadones de poliuretano.
Ya soy una persona adulta.
A este estado
le llaman la tercera edad.
Todavía me animo a montar
aunque sólo sea
una bicicleta.
4 comentarios:
Genia!!!! Es hermoso lo que escribís!
a soltar palabras, clarita, que la belleza necesita vuelos, descensos y caídas!!
FELICITACIONES!!! LA MAS QUERIDA...
A MI TIA BLANCA
TE QUIERO MUCHO...DIANA
Mis primeras escrituras!!!
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