En el tiempo
Anochecía.
Todas las hadas
todas
se movían sobre hilos de oro
muy atrás,
un sinnúmero con
vestidos al viento
viento que
soplaba cuando las trenzas de humo galopaban.
Y,
como las
hadas,
las azuladas mujeres
con la mirada al
norte alcanzaban la noche
y también la lluvia.
¿Acaso, las azucenas
envueltas en furia se zurcían
la piel?
Desde la ardiente
sombra la lámpara hervía,
y hervían las oscuras clavelinas.
¿Por qué medir el
tiempo?
si el tiempo es
transparente
transparente
ante los ávidos
murciélagos,
los rojizos
claveles,
las azuladas mujeres,
ante las hadas
que se crían en
un rincón del universo
Imagen Christian Schloe